miércoles, 6 de mayo de 2009

No nos preparan para este dolor.


Oxford : 6 de la tarde.

Querida amiga, hoy a las 2 de la madrugada ha fallecido Emilio, no he podido avisarte antes de esta fatalidad, espero que me perdones.
Esa misma noche... hice la maleta y cogí vuelo hacia Londres y tren hacia Oxford.

Mi querido amigo.. se había marchado para siempre , como lo haré yo algún día, como lo haremos todos.

Algunas personas, a lo que parece, tienen suerte en la vida
mientras que otras luchan constantemente contra la adversidad.

Pero me sonría o no la Fortuna , hay algo a lo que me tendré que enfrentar, un problema que va a afectar lo mismo a ricos que a pobres, a jóvenes y a viejos.

En algún momento de nuestras vidas tendremos que soportar la muerte de un ser querido.




Nos preparan para cualquier situación desde tener que hacer un pastel a pasar por un examen hasta dirigir un negocio. Casi sorprende que no exista nada que nos enseñe a afrontar una experiencia tan devastadora.

En realidad, hablar de la muerte no gusta.

La gente solo la mencionamos cuando no hay mas remedio, cuando no se puede evitar. Y en aquellos ambientes donde se considera vulgar una exhibición de sentimientos, se procura ocultarlos detrás de unas gafas oscuras, y el semblante inexpresivo, como si manifestar el dolor fuese muestra de una lastimosa incapacidad para dominarse.

La muerte es una realidad.


2 comentarios:

  1. Nuestra cultura considera a la muerte como un castigo, por eso la oculta. Otras sí han sabido verla como complemento indispensable de la vida y han sido capaces de integrarla en sus costumbres, en su naturalidad.
    No estamos preparados para la muerte y por eso nos duele.
    Y mucho.

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  2. Que tanto dolor nos produce la marcha de un ser querido, que tanta angustia nos produce el saber que no vamos a volver a tener una llamada, un beso, un abrazo, un hola de esa persona...pero tenemos que ser muy fuertes y pensar en que la vida sigue y que esa persona que ya no está con nosotros, no querría vernos mal, y que de alguna forma puede que nos esté cuidando.

    Por desgracia, y a pesar de mis sólo 21 años, vivi demasiadas veces esa sensación y no sólo de personas con una edad avanzada, sino de jóvenes como yo que con 20 y 25 años nos dijeron un adiós de repente, sin esperarlo, pero hubo que seguir adelante y pensar en que la vida es corta y hay que vivirla.
    Bicos y abrazos.

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